Ría de Vigo

Tras pasar la primera semana de vacaciones en la ría de Vigo, la impresión que nos deja es de una ría llena de vida náutica.

Hay muchísimo movimiento: los barcos que vienen y van a Cíes, los de Cangas a Vigo, los enormes barcos de mercancías y de traslado de coches de Citroen, muchos veleros y barcos de recreo, las clases de vela con sus óptimis, incluso trasatlánticos. Una ría viva y con bastantes náuticos deportivos para cambiar de noche en noche de ubicación.

Hicimos noche en el náutico de Rodeira (Cangas), en el de Vigo, en San Adrián de Cobres, lo intentamos en el de Moaña pero está tan mal abrigado del viento que fue imposible: nos dieron un amarre exterior que era peor que estar en plena ría. Conseguimos salir con mucho esfuerzo y gracias a la ayuda de un propietario de un barco, porque el marinero no dió señales de vida en toda la maniobra contra el viento. Los pasillos son estrechos, las olas y el viento no nos dejaban poner de proa el Naos para salir de allí. Mal recuerdo nos dejó el náutico de Moaña: mal diseñado y mal marinero.

Esa noche la pasamos al abrigo del puerto deportivo de Punta Lagoa. Quedamos asombrados. Menudas dimensiones tienen los pantalanes, los fingers y los barcos que allí estaban. Veleros de más de 50 pies!! una locura. Amarramos el Naos , y el pobre parecía que estaba castigado en una esquina, por los metros que sobraban tanto de finger como de plaza. Eso sí, imposible contactar con marinería, y eso que lo intentamos por radio multitud de veces y en tierra recorriendo el puerto. Fue la primera noche ventosa, pero aún llegarían peores noches de viento.


Estuvimos fondeados sin problemas cerca de la isla de San Simón, en la zona sur. Pero no la pudimos visitar al estar cerrada. Tambien estuvimos haciendo snorkel en las playas de Barra y Limens. Preciosas ambas.

Tanto para entrar en la Ría por la costa de la Vela como para salir de ella no tuvimos ningún problema. Estaba la mar bastante tranquila:

-Navegando la Costa de la Vela, inicio del viaje-