miércoles, 28 de julio de 2010

De Ons a Portosín

Tras dejar Ons nos dirijíamos en un principio a la Ría de Villagarcía, pero como el viento era propicio, decidimos dar el salto hasta la Ría de Muros y Noia, hasta el puerto de Portosín.

Fue una singladura llena de gratas sorpresas, como el ver mi primer tiburón. Estuvo nadando alrededor del barco trazando en el mar una elipsis casi perfecta con su aleta, mientras, de fondo sonaba una música de agudos de violín: ihhh...ihhhh...ihhhh.....je je! esta versión sólo es para darle audiencia al blog,  :-)  realmente empezamos a gritar ¡un tiburón!, ¡¡un tiburón!! y el pobre que debía de estar medio dormido huyó rapidísimo en cuanto sintió el barco cerca.

Y si el ver una aleta de tiburón no fuera suficientemente emocionante, nos encontramos de repente en medio de un mar de cangrejos. Cientos. Que nadaban como si estuvieran bailando flamenco. Debí de tirar 50 fotos, pero no me salió ninguna. La que pongo aquí es la mejor dentro del desastre de reportaje que hice:

Y para completar, al bajar el viento, nos dimos un baño justo antes de entrar en la Ría. Agua cálida como nunca. Un verano inolvidable.

Si realizáis este trayecto es posible divisar Finisterre en un día claro. A nosotros nos tocó un poco de niebla en el horizonte, pero aún así era posible distinguir la silueta.

El viaje hacia la Ria de Muros y Noia lo realizamos pegados a la costa, trazando la ruta con la ayuda de la carta marina y el GPS. Hay que ir muy atentos, pues desde la isla de Sálvora hasta la entrada de la Ría hay mucha roca. El regreso lo hicimos por el exterior, evitando los bajos.

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